30 de abril de 2010

Por qué necesito que el Atleti gane un título

De las cuarenta o cincuenta decisiones que he tomado en la vida, la menos importante (pero una de las más entretenidas) ha sido la de educar a mis hijos en la pasión de ser del Atleti.

Si alguien creyera que ese magisterio es fácil, se equivocaría. Todos los días, mis hijos van a un colegio a la sombra del Bernabéu en el que, tirando por lo bajo, el 97,3 por ciento de sus compañeros y amigos son madridistas. Además, en una horrible pirueta generacional, he tenido que hacer frente al “desastre” pedagógico que supone iluminar a mis hijos en la fe atlética en los tiempos de Messi.

Pero todo lo anterior no supondrá amenaza alguna si este año ganamos un título. Tenemos dos oportunidades de ir a Neptuno y da igual si en una u otra, o en las dos, lo que sé es que cuando mis hijos estén allí y vean y oigan lo que verán y oirán, ya siempre serán del Atleti.

Y mi trabajo habrá acabado.
 

29 de abril de 2010

Leve aproximación a por qué Torres se lesiona cuando va a jugar contra el Atleti


La última vez que vi a Fernando Torres fue hace dos meses. Estaba en el pub de Sammy, en Kirkdale, y no tenía buen aspecto. Sammy me dijo que iba todos los días y se agarraba a la botella. Ya no hablaba con nadie. Sólo gruñía.

Alguna vez, y ya cada vez menos, algún joven idiota se acercaba al viejo striker y trataba de sacarle una conversación sobre aquellos viejos y buenos tiempos, pero Torres rezongaba: “Nunca fueron buenos, pero sí que son viejos”.

Pero no son tan viejos los recuerdos cuando te van comiendo… Desde el amanecer hasta la cama; hasta que la botella golpea la moqueta de tu cuarto y te haces bicho-bola abrazado a una mala almohada.

Torres es un hombre… Bueno, sólo una vez, cuando entró en el pub aquel tipo con la camiseta del Atleti. Se le cayó el vaso y se marchó. Miento al decir que le vimos llorar… pero si hubiera que jurar que estaba llorando, yo lo juraría.

Hace dos meses, un día, fue al baño, a pelearse con la próstata, y se dejó la cartera encima de la barra. De entre toda la mierda que llevaba aquella billetera hinchada sobresalía el recorte de un periódico. Sammy y yo nos miramos y sacamos aquel trozo de papel. Era la crónica de un partido contra el Atlético de Madrid en el Calderón. No sé español, no sé qué decía, pero la foto que dominaba la crónica era la suya, sonriendo, con la camiseta del Liverpool, de rodillas; con el cuerpo para atrás, abrazado a Gerrard, celebrando su segundo gol al Atleti.

Yo miré a Sammy sin entender ni mucho ni nada y le alargué la fotografía. Sammy la miró mucho más despacio. Al final soltó un gruñido y me la volvió a pasar. “Ahí está. ¿No lo ves?”.

La volví a coger y la miré. ¿Qué estaba ahí? Un tipo feliz, joven, con la camiseta de un grande de Europa, abrazado a un jugador de leyenda… La sonrisa de “The Kid” llenaba la escena… Sammy, no veo…

- Mira el fondo.

¿El público?. Caras antiguas de hace cincuenta años, de principios de siglo. Dios, sí; ahí estaba. Era un niño pequeño. ¿Qué tendría, nueve años? Lleva la camiseta del Atleti. Está llorando.

Levanté la vista. Torres había vuelto. Me miró con furia.

- ¿Con qué derecho hurgas en mis cosas?

- ¿Hiciste llorar a un niño del Atleti? ¿Fue eso, Torres? Di. ¿Fue eso?

Me miró con asco y dijo:

- Ojalá hubiera estado lesionado. 

No vi llegar el puñetazo. La botella cayó sobre la barra. Me arrancó el recorte y se largó. De aquello hace dos meses. No he vuelto a ver a Torres. Aquel viejo striker del Liverpool.

Tiempo de camisetas idiotas


A los 17 años, lo habitual es que todo el mundo haga idioteces. Examine sus recuerdos. Tengo razón. Pero lo que alivia es saber que la inmensa mayoría son idioteces privadas que sólo conoce un grupo reducidísimo de personas o, a veces, sólo una. Por eso, cuando leí que un estudiante de 17 años de un colegio de Washington había insistido en salir en la memoria escolar (el librito de fotos que se edita el último año de colegio para tener recuerdo de lo que uno fue y de lo que fueron los otros) llevando una camiseta con la leyenda “Dios está muerto”, lo sentí por él. Su idiotez nunca será privada.
 

28 de abril de 2010

Catástrofe alfabética en el Pacífico Sur

El carguero panameño “Alakevá” embarrancó el miércoles frente a las islas Chesterfield, en Nueva Caledonia. La fuerza de las olas acabó por partir el buque y 40.000 tomos con las obras completas de José Saramago provocaron una marea negra (sobre blanco) que llegó a tierra y que ya ha matado a la mitad de los indígenas melanesios canacos alfabetizados. El presidente francés confirmó que mandará a su mejor unidad militar de lucha bacteriológica y química. Al saberlo, la mitad de la unidad desertó saltando del buque en pleno Pacífico. 

En caso de lectura accidental, Sanidad recomienda frotar con zotal hasta que haga sangre.
 

Cuento del irreflexivo

Povedillas entró en el bazar chino y se acercó a la cajera. “Hola, ¿tienen uranio enriquecido en cápsulas detonantes?”. La china ni le miró: “Sí. Fondo izquielda”. Povedillas se adentró por los pasillos y oyó una voz saliendo de un anaquel. “Cómprame”. Povedillas vio una lámpara de aceite, estilo mercado persa, que se movía como un dibujo de Disney. Povedillas la tomó y se fue a la caja. “Uno cualenta”, dijo la china. Ya en casa, Povedillas esquivó a sus hijos y se encerró en el baño; frotó la lámpara y un genio se apareció. “Te concederé un deseo, amo”. ¡Ah! No eran tres. Ya no podría ser el mejor jugador de golf de todos los tiempos. “Dime, amo, ¿qué deseas?”. Povedillas habló: “Siempre he querido volver atrás en el tiempo para arreglar cosas que hice mal y de las que no sólo me arrepiento, sino que me atormentan”. El genio le miró y una nube envolvió a Povedillas. Cuando abrió los ojos, tenía otra vez 20 años. El resto de su corta vida, Povedillas lo dedicó a buscar otra lámpara en los chinos y a llorar todas las noches hasta el alba acordándose de aquellos hijos que no volvió a tener

 

27 de abril de 2010

Sobre la dictadura hortero-socialista de Venezuela

Hacía tiempo que un vídeo no me dejaba con la boca abierta. A esto, Moratinos lo llama "régimen democrático". A mí no me lo parece, si acaso, hmmm, no sé... quizá una dictadura hortera-socialista (la cosa se pone bien a partir del minuto y cuarenta segundos).



Pero lo mejor, lo mejor de lo mejor, lo que de verdad le da caché al asunto, es el final.

26 de abril de 2010

Cuando las barbas de los australianos veas pelar...


De acuerdo al periódico inglés “Daily Mail” (fuente de tantas historias para no dormir), una joven musulmana que llevaba burka falleció a primeros de abril en Australia, cuando parte de su prenda se enredó en las ruedas del kart que montaba en una zona recreativa conocida como “La Granja de Bob” al norte de Sidney. La joven murió estrangulada en pocos segundos.

De inmediato me he puesto en contacto con mi amiga Shawn, una australiana estupenda, quien me ha confirmado la trágica noticia al tiempo que me aseguraba que “cabe la posibilidad de que en Australia acabemos prohibiendo los karts”.

24 de abril de 2010

Atleeeeeti (o el comentario número 15)

Por si acaso un jet se estampase en el edificio en el que esté alojado el servidor de la web de El Mundo, procedo a capturar y guardar para siempre el comentario número 15 de este análisis.

Ojalá supiera quién lo ha escrito, más que nada para hacerle un seguimiento al embarazo, posterior alumbramiento y ulterior registro del nombre de la criatura.

Con un par.

23 de abril de 2010

Sobre gatos y supercomputadores


La Universidad de Michigan ha diseñado un nuevo supercomputador de 140.000 procesadores basado en el cerebro de un gato. La explicación es farragosa y algo aburrida: tiene que ver con las interconexiones neuronales a través de las sinapsis y cómo ciertos conmutadores pueden unir a la vez miles de neuronas… Las primeras pruebas han dado como resultado que el supercomputador funciona cuando le da la gana y sólo durante breves espacios de tiempo antes de caer en una desidia total que es interrumpida, esporádicamente, por un leve movimiento de la cola de impresión. Los investigadores están más que satisfechos.

Una mujer enfadada

Una mujer enfadada que pretende comprarse un automóvil nuevo el mes que viene es algo peligrosísimo.

22 de abril de 2010

Todo apunta a que se nos va a quedar cara de tontos


Un mexicano de nombre Isaac Medina se convirtió al Islam (Isaac, mexicano, Medina, Islam... ¡lo tiene todo, el angelito!).

Un tiempo después, se matricula en la texana Universidad privada de Trinidad (fundada por presbiterianos en 1869) y observa con desagrado que en los diplomas se lee la fórmula: “Dado en el Año del Señor”. Ofendido, Isaac exige a la Junta de Propietarios que ponga fin a esa referencia cristiana porque “no es tolerante ni incluyente con las demás religiones”. Y la Junta, en vez de echarse unas risas, anuncia una decisión para mayo. De momento, el Comité de Alumnos y el de Nuevas Admisiones apoyan al musli-mex. Tiene pinta de que se nos va a quedar (otra vez) cara de tontos.

21 de abril de 2010

A la cárcel por no devolver un dvd al videoclub


Un juez de Littleton, el pueblo maldito de aquella matanza, ordenó el pasado mes de diciembre la búsqueda y captura de un jovenzuelo de 19 años que llevaba meses sin devolver el DVD que había alquilado en un videoclub. El 25 de enero, el joven fue arrestado y enviado a una celda de la comisaría del Condado de Jefferson donde pasó ocho horas hasta que su padre pagó la fianza de 23 euros.

Estas son las cosas del sistema yanqui que me descomponen… pero lo que me recompone es que el juez fue expulsado de la judicatura pocos días después.

Aquí, los sindicatos de trabajadores de videoclub (y las centrales mayoritarias) le hubieran montado una manifestación de apoyo. Al juez, claro.

20 de abril de 2010

Del coma del sec. gral. de los nacionalistas y de lo que le pasó al despertar


En la recepción de Urgencias del Hospital de la Bellvitge de la Bisbal se agolpaba la ejecutiva de los nacionalistas. “¿Qué tal está? No sabemos nada, su mujer está con los médicos. ¿Cómo ha sido? Ha dado dos vueltas de campana y no llevaba el cinturón… Está en coma”. Seis meses más tarde, cuando ya no quedaba nadie en la recepción, el secretario general despertó del coma. Su mujer prohibió las visitas: “Joan tiene que descansar, y ahora tiene la rehabilitación, que será larga…”. Año y medio después, nadie sabía nada… Al fin, el vicesecretario logró quedar en la cafetería con la mujer. Estaba muy delgada, descuidada, triste… “Apolonia, ¿qué es lo que pasa?”. La mujer sollozó. “Ay, Josep. ¡Ay! Es Joan…”. El vicesecretario se echó para atrás: “¿Se ha quedado mal, Apolonia? Di”. Apolonia suspiró y se le crisparon las manos… “No, no… Joan está bien. Lo que pasa… ¡Lo que pasa es que algo ocurrió en su cerebro durante el coma… y ahora sólo sabe hablar en castellano! ¡Y con acento de Madrid!”.

¿Quién lo diría? Michael se reencarnó en una morsa

19 de abril de 2010

¿Hay vida despues de la muerte?

Para responder a esa pregunta, deberé apoyarme en las sabias enseñanzas de Vera Lynn (en el vídeo a continuación).



¿Verdad o atrevimiento?

La última vez que jugué a eso la cosa empezó bien y acabó a puñetazo limpio... pero no me acuerdo si por la verdad o por el atrevimiento. Por si las moscas, elijo verdad.

Ask me anything

Beatriz de Orléans y las croquetas de Lhardy


Ataco un caldito de Lhardy mientras leo que la princesa Beatriz de Orléans ha decidido meterse en política y pedirá el voto "a todos”. Me vuelvo hacia un amigo y le digo: “¿Esta no decía hace años que quería montar un partido entre socialista y centrista, pero nunca de derechas porque eso era extremista?”. Y mi amigo, después de atizarse una croqueta, sentencia: “Robespierre fue un moderado”.

16 de abril de 2010

La historia de cuando jugué con Calamardo al pádel

El pasado martes jugué al pádel de pareja con Calamardo. Enfrente, dos rivales peligrosísimos: Patricio y el señor Cangrejo. Al principio, Calamardo me miró y me dijo:

- Que fallen ellos. Nosotros vamos a hacerlo fácil. Que fallen ellos. Nada de matar. ¡Ni un mate! Vamos  a hacerlo fácil. Ellos fallarán. Nada de mates para sacar la pelota de la cancha. ¡Nada de matar! Vamos a jugar con inteligencia. Ni un mate. ¿Me has oído. Bob Esponja?

- Lo que tú digas, Calamardo.

En la primera jugada del primer juego, saca el señor Cangrejo, Calamardo la devuelve con un globo la mar de aparente, Patricio me busca las cosquillas con otro globo pero queda corto. Saco un drive seco que supera la red por milímetros y caen a plomo sobre Patricio que la devuelve como puede, alta, floja, ideal, chachi... Y entonces, en el primer tanto del primer juego, Calamardo levanta la pala y engancha un mate durísimo del que sale la bola gritando "¡Ay, ay, ay!" mientras entra en ignición y... ¡se estrella en la red!

- Perdona, Calamardo...
- Dime, Bob Esponja.
- ¿No habías dicho que nada de mates? Se me habrá metido una cangreburguer en el oído, pero yo juraría que me habías dicho que nada de mates.
- Lo sé, Bob Esponja, lo sé. Pero no soy yo, es mi naturaleza.
- Lo que tú digas, Calamardo.

Adenda: Debido a los mensajes recibidos, y ante el riesgo de que pudiera haber más, aclaro que Calamardo es Alejandro, Patricio es Pablo y el Señor Cangrejo es César.

15 de abril de 2010

¡Lo que cuesta escribir! (no siempre, pero sí a veces...)


En cierta ocasión, Pérez Galdós se fue a ver a Fernández Flórez, director de El Liberal, para que le publicara un suelto que era de su interés. Fernández Flórez, que fue un tipo bienhumorado, le dijo que sí, pero que le escribiera el suelto. Así que Galdós se encerró en un despacho… y horas, ¡horas!, después, Fernández Flórez pasó por delante y vio la sombra de Galdós entre el humo del puro que fumaba y decenas de cuartillas rotas. Fernández Flórez le preguntó que qué hacía y Galdós replicó que “¡el suelto ese, que no me acaba de salir!”. De lo que yo quería hablar era de ¿saben ustedes lo que, a veces, cuesta escribir?

14 de abril de 2010

Pollos asados de Zapatero en la Universidad de Kentucky



12 de abril de 2010

Lo que va de Neruda a Tiger Woods: un abismo.

Lo siguiente lo escribí en el semanario Alba ("la publicación más netamente de derechas que hay en los quioscos españoles" -en sentencia del articulista Santiago González en El Mundo). Como sabrán, Tiger ha quedado cuarto.

Tiger Woods (14 victorias en majors y más de 20 derrotas en amantes) va a salir a ganar el Másters de Augusta y me he jugado una suculenta apuesta con parte de mi familia a que no queda entre los diez primeros. No es que no vaya a quedar, sino que no puede quedar entre los diez primeros. Sería incluso argumento de Justicia Poética que el golfista no pasara el corte. Pero hete aquí que nada más sentada la apuesta, una revista me revela que el poeta Pablo Neruda tuvo una hija minusválida a la que abandonó. Si Neruda pudo escribir lo que escribió después de apartar de sí a una hija enferma, hay posibilidades de que Tiger arrase en Augusta. Al fin y al cabo, lo suyo es menos.

9 de abril de 2010

Cuentos del Frente Polisario


José Manuel no podía dormir. Daba vueltas en la cama, rezaba avemarías, contaba ovejas en voz alta… Su mujer estaba harta. “José Manuel, hijo, duérmete ya, que mañana madrugo. A ver, ¿qué te pasa?”. “No lo sé —respondió José Manuel— Bueno, sí que lo sé. ¡No tengo una posición definida sobre el conflicto del Sahara!”.

Ángela se levanto como un resorte. “¡José Manuel! ¿Qué dices? Ya has oído a los líderes: Willy Toledo, Javier Bardem, Cayo Lara, los cantantes, los actores…”. José Manuel suspiró: “Ya, ya lo sé; pero no sé, a mí me pasa algo… Es como si me resbalase el asunto. ¡Y claro, eso la gente lo nota! En el trabajo, en el bar, cuando voy al colegio a buscar a los niños… Creo que todos sospechan de mí. ¿Qué puedo hacer, amor mío?”.

Ángela tomó la mano de su marido, y mirándole con dulzura a los ojos, le dijo: “¿Y por qué no dices que hasta que el Frente Polisario no pida perdón por el ametrallamiento de pesqueros españoles en los 70 y 80, tú no quieres saber nada de esos traidores?”.

José Manuel sonrió, besó a su mujer y se durmió.

8 de abril de 2010

¿Qué clase de bicho ha sido?

Paseíto matinal con el perro y me encuentro este panorama. ¿Qué clase de animal ha sido? He preguntado a varios de mis amigos y Carlos se decanta por...



mientras que Pablete asegura que, por su experiencia, ha tenido que ser:



Alberto, que desde pequeño apuntaba maneras de socialdemócrata, duda entre...





o, quizás...





El debate se encona (sin eñe). Pablo se ha puesto serio y dice que ha sido una gaviota:



Un amable lector, Antonio, que se identifica como miembro del PP (mira, Pablo, hay otro, ¿ves cómo no estás solo, tontorrón?) muy enfadado por lo de la gaviota, asegura que ha habido avistamientos de miembros femeninos del Gobierno por la zona, y manda foto (¿la Aído Pajín en topless?):

Pero tercia Iñaki, que como bancario que es asegura saber mucho de pajarracos (¡ese espejo!) y recuerda que las zonas verdes de Madrid han sido invadidas por...



Pero es una teoría con poco fundamento ya que esos córvidos van en pareja y no en "puñaos". Después de eso, ha tenido lugar un durísimo debate entre Pablo y Alberto en el que ha habido acusaciones mutuas de vivir en el extrarradio madrileño o de residir en otras CC AA y de "no tener ni puta idea" de lo que hay en Madrid. 

Para su comprensión, transcribo parte del material intercambiado entre un Máster del IESE y un Alto Asesor Político:

- Y ahora sé que las gaviotas no se posan en los árboles, pero para cagamear no hace falta estar posado en un arbol, lo pueden hacer volando, ¿a que sí?, pues eso, que son gaviotas.
- Ah, y para terminar la conversación, majete del extrarradio, la Gaviota Argéntea es la Larus argentatus, la Larus Cachinnans es la Gaviota del Caspio.
- Una cosita..... METETE TUS ARGNTARUS, Y CACHINNANS POR EL RECTUSSSSS...
- Amosnomejodas, ¿que una bandada de gaviotas han pasado en formación y SIN POSARSE han cagado todas en el mismo sitio? Pues ¿sabes lo quue te digo? Que una bandada de ciconia ciconia y de otididae te está esperando y te va a perseguir cagameándote durante todo el paseíto en moto desde el curro hasta tu casa.
- Pues la acabo de lavar, parece nueva.


El caso es que, llegados a este punto, paso de saber qué ha pasado en ese coche. Si en realidad me importaba poco. No era el mío. Gracias por su atención.

Para mañana, una nueva pregunta: ¿era este el perro de la leyenda urbana concerniente o relativa a Ricky Martin, un bote de mermelada, una joven pizpireta y el programa de televisión "Sorpresa, Sorpresa"?


De todas maneras, el recordatorio para futuras reflexiones sigue vigente: ¿debería buscarme nuevos amigos?

7 de abril de 2010

El rayo que traspasa el cerebro


Fue una mañana de marzo de 1847 cuando Agustín Salices entró en la joyería de los hermanos Bretón en el Paseo de Gracia. Llevaba en la mano un cordón blanco con la medida del exquisito dedo anular de Lucía Vilaseca. Con el corazón al galope, el joven Salices pidió un anillo de boda, de oro bueno, con sus iniciales grabadas y la fecha del 17 de abril de 1847. Al salir de la joyería, con el anillo guardado en el bolsillo del chaleco, Salices se quedó inmóvil, como si un rayo le hubiera traspasado el cerebro. Durante una fracción de segundo, Salices vio cómo cuatro mujeres a las que no conocía: su hija, su nieta, su bisnieta y su tataranieta, llevaban el anillo de Lucía Vilaseca y le iban grabando sus propias fechas de boda… Y también vio cómo la hija de su tataranieta, de nombre Lucía, entraba en una casa con un cartel que ponía “Compro Oro”, al lado de otro que rezaba, malamente: “Esto lo arreglamos entre todos”. Fue entonces cuando el rayo salió del cerebro de Salices, que jamás contó a nadie lo que había creído ver

6 de abril de 2010

El Teorema de Poincaré (una parábola)

Un matemático francés (Poincaré) de principios del siglo XX tuvo una idea pero no pudo demostrarla (Conjetura de Poincaré) y un siglo después un ruso (Perelman) ha resuelto el problema. Por lo que parece, todo esto es la órdiga y al ruso le quieren dar un millón de dólares y ponerle un piso. Pero no quiere saber nada de honores y premios. Se ha desilusionado de las matemáticas y está en el paro. Vive con su madre en San Petersburgo, aislado. Y en ese aislamiento encuentra el consuelo de no estar atado a autoridad académica alguna que sepa menos que él.

Esto, en realidad, es una parábola.

2 de abril de 2010

Cuento de Pasión


Eleazar notó que se le secaba la garganta cuando oyó el grito de su mujer. Frente a él había una patrulla romana. El soldado habló en griego: “¡Eleazar el carpintero! Necesitamos otra cruz”. Eleazar protestó: “¿Otra? Hoy, no. Un madero quizá, pero una cruz…”. El romano le tocó con la mano extendida. “Esta es importante. Una hora o tú serás la cruz”. Eleazar llamó a sus ayudantes. “Que sea basta, les dará igual”. Y resopló: “Los peores palos que tengo. ¡Romanos! Para alguien importante… Si tuviera más tiempo…”. Los legionarios volvieron cuando todavía sonaba el martillo. Cargaron la cruz en el carro. Eleazar vio entonces el nudo terrible en la madera a la altura de la cabeza del condenado. “Le destrozará”, pensó Eleazar, y gritó: “¡Alto!”. Los romanos le miraron asombrados mientras trepaba al carro y con movimientos rápidos de su escoplo de fijas y diez martillazos eliminaba el nudo. Nadie podía haber hecho algo así. “Nadie que no haya sido aprendiz de José de Nazaret”, se dijo a sí mismo Eleazar. Y satisfecho, volvió al taller.

1 de abril de 2010

Cuando los dinosaurios fumaban


Estaba seguro de que tarde o temprano alguien lo diría. Y ya está aquí. Un prestigioso paleontólogo alemán ha asegurado que la extinción de los dinosaurios no se debió al aporrizaje de meteoro gigantesco alguno, sino al cambio climático. Ya queda menos para que nos confirmen que, en realidad, los dinosaurios fumaban e ingerían grasas saturadas.