6 de mayo de 2010

El último fracaso de Samaranch


En las páginas del semanario Alba que me cobijan, recordé hace tiempo aquel comentario de Juan Antonio Samaranch como apostilla a la muerte de su mujer, Bibis: “Más que quererla, la admiraba”. Hace poco leí el comentario del hijo de Samaranch a la muerte de su padre: “Se va sin sufrir y sin hacer sufrir. Es un final muy eficiente”. Admiración, anestesia y eficiencia. Espero, por el amor de Dios, que ninguno de mis hijos diga algo así de mí cuando la palme. Sería un fracaso.