10 de agosto de 2010

¡Azafata, otra almohada!

Corre por ahí una leyenda urbana que cuenta que una azafata sufrió un ataque de nervios después de servir el vigésimoquinto zumo de tomate seguido (como se sabe, los seres humanos sólo toman zumo de tomate cuando están a más de 18.000 pies sobre el nivel del mar) y entonces tomó un tetrabrik de zumo y empezó a derramarlo con furia encima del pasaje de clase turista (filas 24 a 32) al grito de "¿Queréis zumo de tomate, eh? ¿Queréis? ¡Pues tomad zumo de tomate! Jajajaja (risa maléfica)".

El vídeo que a continuación proyectaremos deja entender que aquella leyenda urbana no andaba desencaminada. Tenía que pasar.