9 de abril de 2010

Cuentos del Frente Polisario


José Manuel no podía dormir. Daba vueltas en la cama, rezaba avemarías, contaba ovejas en voz alta… Su mujer estaba harta. “José Manuel, hijo, duérmete ya, que mañana madrugo. A ver, ¿qué te pasa?”. “No lo sé —respondió José Manuel— Bueno, sí que lo sé. ¡No tengo una posición definida sobre el conflicto del Sahara!”.

Ángela se levanto como un resorte. “¡José Manuel! ¿Qué dices? Ya has oído a los líderes: Willy Toledo, Javier Bardem, Cayo Lara, los cantantes, los actores…”. José Manuel suspiró: “Ya, ya lo sé; pero no sé, a mí me pasa algo… Es como si me resbalase el asunto. ¡Y claro, eso la gente lo nota! En el trabajo, en el bar, cuando voy al colegio a buscar a los niños… Creo que todos sospechan de mí. ¿Qué puedo hacer, amor mío?”.

Ángela tomó la mano de su marido, y mirándole con dulzura a los ojos, le dijo: “¿Y por qué no dices que hasta que el Frente Polisario no pida perdón por el ametrallamiento de pesqueros españoles en los 70 y 80, tú no quieres saber nada de esos traidores?”.

José Manuel sonrió, besó a su mujer y se durmió.