30 de marzo de 2010

Mike, el pollo sin cabeza (un símil)

Todo empezó cuando en 1945, un granjero, el señor Olsen, tomó el hacha y eligió a un pollo para zampárselo. Su elección fue “Mike”, un pollo de cinco meses y medio. El hacha bajó, Mike fue decapitado y se fue andando de regreso al gallinero. El granjero Olsen, asombrado, alimentó a Mike hasta su muerte con una mezcla de leche, agua y maíz y se lo llevó de ferias. Mike fue un pollo productivo: en año y medio ganó un millón de los de ahora. Cuando murió, la autopsia reveló que el encéfalo y uno de sus oídos estaban intactos. Eso sí, jamás pudo cantar al alba.

¿Y esto a qué viene? Es un símil.