31 de marzo de 2010

Razones para desear haber nacido italiano (a veces)

En medio del dolor,  encuentro unas palabras de Silvio Berlusconi, primer ministro italiano y lider de la formación Popolo della Liberta', que, de alguna manera, alivian: 

"En nombre del Gobierno italiano quiero expresar a Benedicto XVI todo el afecto, la cercanía y la solidaridad que tiene hacia él nuestro pueblo. Nuestra gente, de hecho, sabe distinguir entre los errores humanos, de los que la historia está llena, y los enormes frutos del bien que han nacido y siguen naciendo de la raíz cristiana".

Hay otras palabras reconfortantes de Mariano Rajoy, líder del Partido Popular, formación del centro derecha español (que es el lugar político en el que nos encontramos -debe de ser por casualidad- la inmensa mayoría de los católicos romanos españoles), que dicen... que dicen... que dicen... un momento... las tenía por aquí... o no... ah... lo mismo es que no... las habré soñado... un momento... seguro que ha dicho que... pues no... vaya... qué faena... a ver si en este papel... no... sí... no, qué va... ¿se las habrá comido el perro? Perro malo, perro malo, escupe eso... Ah, no, que es la txustarra de una manzana... Perro bueno, perro bueno... deja de gruñir...

Pues habrá sido Ana Mato... ah, que no... González Pons... tampoco... Rudi... no... Cayetana Álvarez... nada... Nacho Uriarte, Ramón Moreno, Jorge Moragas... nada.
Qué raro.

A ver si ha sido María Dolores de Cospedal y estoy aqui tonteando... eeeeehhh... no. Esperanza Aguirre... ¡tampoco! Soraya, seguro que Sáenz de Santamaría ha dicho algo... upsi. pues nanay. ¿Habrán sido los periféricos? Sánchez Camacho... no, tampoco. ¿Oyarzábal? No ha dicho ni Pamplona. Ana Pastor, Cañete, Basagoiti... no, no y no.

Será que están muy ocupados.